"El secreto está en saber escuchar esas voces dormidas"
Lucas Palafox, 1987

sábado, 5 de enero de 2013

JULIÁN DE TORRES




Cuando Julián de Torres se miró al espejo no pudo entender que de su cabeza nacieran dos enormes orejas de asno. Este, confundido, volvió a su cama rápidamente, cerró los ojos con fuerza y de nuevo, se levantó. Al llegar frente al espejo comprobó aterrado que sobre su cabeza se alzaban dos orejas picudas, como las de un burro. Corrió asustado hasta su habitación y una vez tumbado sobre su cama, se cubrió con una manta. Estuvo así por tiempo de diez minutos hasta que se destapó y caminó sereno hasta el lavabo. El reflejo en el cristal no dejaba lugar a dudas, unas enormes orejas de mula yacían sobre su cabeza. Julián se metió en el armario y no salió, dicen, hasta haber pasado día y medio.
            El final de este extraño caso es aun más sorprendente pero, lo que a mí me gusta, es el principio.

Safe Creative #1301054300108

0 comentarios:

 

Secciones