Para cuando descubrí el amor ya estaba roto. Al
llegar del sótano, el rumor de un suspiro flotaba en la sala como vapor de
agua. Tras la cama asomaba tímido un pequeño trozo de cristal, brillante, como
una lágrima. Me acerqué despacio, bajo el eco de un silencio que resonaba en el
castillo. Jamás olvidaré la imagen de aquel puzzle de cristal, un alma
destrozada en reflejos de azules y platas. Sobre los pedazos de vidrio, yacía
una nota.
Lo siento mi reina. No puedo seguir esclavo de esta prisión. No hablo del espejo, nunca me ha importado estar aquí encerrado, de hecho ha sido este espejo el que me ha regalado las imágenes más hermosas que jamás imaginé. Te hablo de otro tipo de esclavitud, te hablo de un amor imposible, de una prisión construida de deseos que jamás podría cumplir, te hablo de mi amor por usted alteza. Me preguntaste si eras la más hermosa, creí que jamás llegaría el momento y decidido me declaré. ¿Recuerdas mis palabras? :
Lo siento mi reina. No puedo seguir esclavo de esta prisión. No hablo del espejo, nunca me ha importado estar aquí encerrado, de hecho ha sido este espejo el que me ha regalado las imágenes más hermosas que jamás imaginé. Te hablo de otro tipo de esclavitud, te hablo de un amor imposible, de una prisión construida de deseos que jamás podría cumplir, te hablo de mi amor por usted alteza. Me preguntaste si eras la más hermosa, creí que jamás llegaría el momento y decidido me declaré. ¿Recuerdas mis palabras? :
<<Sus labios son como las rosas, su cabello como el
azabache y su piel como la nieve que reposa.>>
Blancanieves
gritaste enojada. Mi reina, esa Blancanieves de la que le hablaba, era usted,
pues era su reflejo el que estaba describiendo. Ahora ya lo sabe, no hay marcha
atrás, y con tu nombre moriré en la alcoba donde tantas veces me quedé
observándola con ojos de noche. Este mi reina, será el acto más valiente
realizado por un cobarde. Moriré con la tranquilidad de ser libre, y con el
gozo de irme con esta confesión aun húmeda en mis labios. Te amo.
Cuando acabé de leer me di cuenta de que estaba llorando, No dije nada,
pues no estaba él para escucharme, ¿como pude ser tan egoísta?. Una sensación
de vació ocupaba mi pecho y deshecha por aquellas palabras, deje caer la nota entre
la nube de cristal. Palpé el bolsillo e intuí el bulto. No pude soportar aquel
silencio y saqué la manzana que preparé para
Blancanieves. Ahora sus palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez. << Mi reina, esa Blancanieves de la
que le hablaba, era usted>>. Me senté a los pies de la cama observando la
fruta. Juré dar esa manzana a Blancanieves y eso es lo que haré, me dije. Caminé
descalza entre los cristales y me tumbé sobre ellos como un feto, y entre
destellos y recuerdos, me comí la manzana a la espera de recompensar aquel amor
roto.
El espejo mágico, posiblemente, observando a su amada con esos ojos de noche de los que hablaba en su confesión.. |
3 comentarios:
Precioso relato. La manera de expresarlo te hace imaginar cada detalle y recrear lo que sucede.
Me encanta el juego que has desarrollado y cómo lo relacionas con un cuento tan contrastado.
Espero que no te canses de aprender, inventes y sigas publicando tus trabajos.
Un saludo.
Me ha encantado este relato, me gustan muchos las historias de amor, expresan todo lo que uno lleva dentro. Magnífico blog, espero que sigas escribiendo, sobre todo este romances de este tipo. Saludos, te daré a conocer. ;)
Me gusta el juego lírico y fantasioso de revertir el alma del cuento y darle revolcón.
Avanti,
Publicar un comentario