"El secreto está en saber escuchar esas voces dormidas"
Lucas Palafox, 1987

domingo, 21 de septiembre de 2014

EL AIRE EN LAS MEMBRANAS.



   En la aldea era costumbre recibir con cantos al trashumante de Nakhon. 
  Por el sendero de la luna solía aparecer el anciano con su enorme carro cargado de moscones y tábanos, al llegar siempre lanzaba desde su caballo delicias de larvas y crisálidas que comíamos bajo sus pies. Recuerdo que, por las mañanas, después de haber extirpado las alas a todos los insectos, salía al patio a tenderlas en el cordel que había junto a la entrada; los días de viento era delicioso sentarse a escuchar el sonido que desprendían las membranas al vibrar, era el aire el que las hacía zumbar con esa arrogancia, exactamente el mismo que hoy abanica nuestros cuerpos infectos, fermentados por el sol.








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